Ingresó a Siderúrgica Huachipato en 1988, a la sección de Tráfico y Muelle. Trabajó 17 años en la unidad de Ferrocarriles y 18 años en el terminal marítimo de Huachipato. En más de tres décadas,  le tocó vivir distintas experiencias, como la detención de una línea de producción (productos planos), o un mega sismo. “El terremoto de 2010 nos dejó con varios problemas, pero gracias al esfuerzo de todos, nos logramos reponer y ponernos de pie rápidamente”, indica.

Emocionado, Mario Astudillo comenta que “hoy es mi último día. Y por supuesto tengo sentimientos encontrados. Dejo mi empresa, a la cual quiero mucho. Mi papá también fue funcionario de Siderúrgica Huachipato, incluso trabajó en la construcción de Huachipato. Además, al igual que yo y mi familia, fue hincha acérrimo del Club Deportivo Huachipato”.

Además, reflexiona con voz entrecortada, sobre sus próximos días. “Pensar que no trabajaré más en la losa del muelle, me llena de gran emoción. Pero también desde ahora podré hacer otras cosas junto a mi familia, junto a mi esposa. Los turnos a veces eran complicados”.

Al realizar un balance sobre su carrera en Siderúrgica Huachipato, Mario Astudillo lo resume así: “mi paso por Huachipato fue muy exitoso; yo le debo todo a Huachipato. Entre otras cosas, me dieron la posibilidad para nivelar mis estudios básicos y medios, y yo aproveché todas las oportunidades. Sin duda Huachipato me formó como persona y como trabajador”, enfatiza. 

Una de las características más emblemáticas de “Gambita” es que no sólo trabajó en Siderúrgica Huachipato, sino que además vistió la casaquilla del Club Deportivo Huachipato, jugando como delantero.  Incluso, fue parte del equipo que logró el Campeonato de Apertura de la Segunda División de Chile en 1983, que le permitió retornar a la Primera División.

Y como hincha del Club Deportivo Huachipato (Actual SADP), le ha tocado celebrar tres veces el campeonato nacional de primera división con Huachipato, siempre con un toque de sufrimiento: 1974, 2012 y 2023. 

Sus dos hijos también son apasionados hinchas de Huachipato, tal como lo era su padre. Cuenta que “hice un gran esfuerzo por estar en todos los partidos de Huachipato, incluso cambiaba turnos para poder ir al estadio y alentar al equipo de mis amores”, señala Mario Astudillo. Es tanta su afición que su casa está pintada con los colores negriazul de la camiseta de Huachipato.

Al hacer un balance de su vida ligada a Siderúrgica Huachipato, dice ser un afortunado. “Fui un niño que cumplió todos sus sueños; jugar por Huachipato, trabajar en Siderúrgica Huachipato y terminar mi vida laboral en la usina”, enfatiza Mario Astudillo, quien también reitera que “siento amor incondicional por Huachipato, por el fútbol y por la compañía”.

Hace algunos días, previo a Navidad, recibió además un “sorpresivo” reconocimiento de la Corporación Social y Cultural Los Acereros. “Fue un muy lindo homenaje”, asegura.

En relación a la compleja situación que vive actualmente Siderúrgica Huachipato producto de la competencia desleal provocada por las importaciones desde China, Mario Astudillo hace una analogía entre el fútbol y la producción industrial. “Hay que tener fe y convicción. Esperamos que se tomen decisiones rápido por parte de la autoridad. Sería desastroso, una debacle tremenda si cerrara la siderúrgica”. En ese sentido, indica que el campeonato nacional obtenido hace algunas semanas por Huachipato, al igual que la decisión de la Comisión Antidistorsiones de iniciar una investigación de oficio para las barras y bolas para la molienda de mineral, "fue una inyección anímica para todos los trabajadore". Agrega que "si bien estamos complicados, vamos a salir adelante; hay que seguir luchando por Siderúrgica Huachipato. Es una empresa estratégica para la región y el país, el acero que Chile necesita", concluye.